miércoles, 25 de mayo de 2016

Recuerdos de ojal


           Con su regalo, descubrí que la vida cabe en una pequeña lata de golosinas. Aquellos caramelos habían sido sustituidos por una suerte de botones, de distintos tamaños y formas, que mamá había conservado con esmero. Los azules de mi uniforme escolar, los de madera de mi trenca favorita, los redondos y nacarados de mi vestido de novia...
Atrás quedaron las tardes de labores en casa, llenas de confidencias y  puntadas. Pero, a pesar de que nunca más volví a armarme de aguja e hilo, encontré en aquel set de costura trocitos de un pasado que me devolvían al hogar cuando los ponía sobre mi mano. 

martes, 17 de mayo de 2016

Delete


Pediste más espacio entre tú y yo.
Tú.                                                         Yo.
Al parecer, no di en la tecla que querías.

lunes, 16 de mayo de 2016

Donde tú estés


         Mi cuerpo oscila sobre las olas, y dibuja sombras imposibles bajo la luna. Las algas, gusanos de caricias acuosas, acunan mi desmemoria en un constante vaivén. Me siento como un delfín entregado al juego de las mareas en alguna vida anterior, en otro mar. Mas la brisa nocturna es fría y me hace estremecer. Este no es mi lugar; me desconozco. Mi pesada naturaleza insiste en sumergirse para hallar refugio; un hogar sin olor a sal, sin estrellas en el cielo.
El abrazo del océano hunde el miedo lentamente, y regreso a una ingravidez familiar, a mi primer silencio, a mi esencia última. Soy un pez perdido en un cruel descenso. A cada bocanada, una punzada salvaje me arranca recuerdos a jirones, sensaciones que me llaman desde la luz. Me resisto a subir. No puedo... no quiero.
Solo entonces descubro mi humanidad, mis piernas inmóviles, mis manos vacías aferrando la nada en mi regazo. Al apretar mis párpados veo de nuevo la barcaza naufragar. No encuentro a mi niño. Araño feroz el muro de agua que me aplasta, y solo me devuelve la inmensidad de mi pérdida. Vencida, me rindo a las profundidades en busca de mi pequeña criatura abisal.

sábado, 7 de mayo de 2016

Felicidad innata


        En algunos orfanatos los bebés no lloran. Los niños descubren rápido que sus lágrimas no serán atendidas, y un silencio estremecedor inunda la sala de cunas. Lo sorprendente es que, cuando alguien acude a buscarlos, el rostro se les ilumina. Nadie sabe cómo aprendieron a sonreír.

jueves, 5 de mayo de 2016

El éxito



   El cálido aliento de su musa llenó su imaginación hasta hacerle volar. A medida que ascendía, iba soltando el lastre de las palabras pesadas y guardaba las más simples. Tan ligero anduvo por el reino de las letras que un golpe de viento lo devolvió al suelo estrepitosamente.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Fulano, Mengano y Zutano




Mi padre se llama como yo, y yo me llamo como mi hijo, le explico al empleado del registro, que me mira poco convencido.
—¿Y cómo dice usted que se llama él? —pregunta escamado.
—Pues verá, esa es la cuestión —respondo—, porque el muy tunante no ha querido soltar prenda. En un ataque de rebeldía, mi primogénito ha pensado que ya ha soportado demasiado cargando con el lastre de su antiguo nombre, y ha decidido remediar lo que él insiste en llamar un despropósito familiar. Pero es que nosotros somos muy de tradiciones, y lo de compartir onomástica de generación en generación nos lo tomamos muy en serio. Aunque ya me avisó mi mujer que hay ocasiones en que ciertas costumbres no compensan el castigo. De modo que, al parecer, ha decidido vengarse y dejar coja nuestra dinastía. Y eso no, ve usted, aunque sea con otro nombre, pero yo al abuelo no le doy ese disgusto.
—Pero sin su permiso no puedo darle esa información —responde el funcionario, con los ojos como platos.
—Entonces deje que indague un poco más. Eso sí, borre usted de momento el de ahora. Con padre anónimo no habrá problema, el hombre ya está medio sordo; lo complicado va a ser, mientras tanto, cuando mi parienta empiece a reclamarme a voces y yo ya no me dé por aludido.

Finalista en el  V Concurso de Microrrelatos de la Fundación Pública Gallega «Camilo José Cela».

martes, 3 de mayo de 2016

Debilidades

        
         Vencida Atenea en la lucha, el joven mortal la despojó de lanza y escudo, y le arrebató la armadura para hacerla vulnerable a su espada. Dispuesta ya a rendirse, dejó a los pies del hombre el resto de sus ropajes. Ante la diosa desnuda, el soldado perdió la batalla.

lunes, 2 de mayo de 2016

??????


                El autor, huérfano de ideas, decidió terminar con su vida literaria poniendo punto final a una historia inacabada. Tantas preguntas quedaron en el aire, que llovieron puntos suspensivos. Al hombre no le quedó otra que seguir escribiendo.

domingo, 1 de mayo de 2016

Fuga de sol para tu memoria


Querida abuela:
Hoy al fin cumpliré la promesa que te hice. Terminé la pieza musical que comenzamos a escribir juntas y que, con fe infinita, pusiste en mis manos. Entonces no entendí la premura por hacerme volar sola, pero las imágenes del pasado regresan ahora con nitidez. Recuerdo las partituras siempre desordenadas encima de la mesa, como una sinfonía muda en eterna espera. Tú copiabas sobre los pentagramas cada nota perdida, sin desistir en la rutinaria tarea.
«No quiero olvidar», respondías ante mi expresión  interrogante. Tu puño dibujaba trazos seguros y firmes en el papel hasta que, un día, el brillante azul de tus ojos tornó en un apagado gris, y dejaste de crear las melodías  que llenaban la casa de música. Pero nadie me explicó por qué te estremecías al detenerte al lado de tu piano. A los niños nadie les cuenta nada cuando los cambios se avecinan. Sin embargo, las preguntas volaban inquietas dentro de mí a medida que pasaba el tiempo.
Al llegar el otoño, los acordes ya habían olvidado cómo debían sonar bajo tus dedos, y el invierno secuestró las horas que pasabas acariciando aquellas teclas. Cuando la banda sonora de tu vida empezó a desafinar en tu memoria, supe de tu enfermedad; ya apenas solicitabas mi compañía para tocar juntas. Perdí a mi maestra, pero tú permaneciste como siempre en nuestras vidas, con los pensamientos dormidos y el corazón despierto. Mamá dice que a veces la lucidez te ilumina el rostro, que la llamas por su nombre, y tarareas las composiciones que mil veces robaste a tu piano.
Hoy regresaré a casa de nuevo para celebrar tu cumpleaños, pero esta vez dejaré mi carta sobre tu regazo, en el mismo lugar donde dejaba mis abrazos siendo niña. Desplegaré las alas que tú me diste y tocaré para ti, con la secreta esperanza de devolverte los recuerdos en clave de sol. Y cuando tu mente despierte, aunque sea por un instante, estaré esperándote para decirte cuánto de ti dejaste en mi interior.
Con todo mi amor, tu nieta que te quiere.

Marina