sábado, 13 de octubre de 2018

La bruja



No fue mi intención pisar al chihuahua de aquella señora mientras jugaba en el parque con mi labrador, y mucho menos romperle una oreja. Debía ser como un hijo para ella, porque el minúsculo animal iba ataviado con un pijama azul y un chupete colgado del collar. No hubo disculpa válida para consolar a la mujer que, mientras se marchaba, profirió una maldición que me dejó de piedra. Literalmente. 
Cuando me ha encontrado el guarda, ha pensado que la ropa que ondea sobre mi inmóvil figura es fruto de una gamberrada, y ha decidido acomodarme entre las estatuas del estanque como mi madre me trajo al mundo. Lo cierto es que las miraditas de las féminas que pasan son de lo más estimulantes. Pero me preocupa mi perro, que se ha quedado solo dando vueltas por el césped, preguntándose dónde diablos han ido a parar su amo y su frisbee favorito.

jueves, 11 de octubre de 2018

Ángeles negros




La tierra, explotada por los hombres, se pudre bajo sus propios pies. Nosotros, con los candiles encendidos, solo esperamos el desenlace. Se abren grietas en las entrañas y los mares devoran las costas. Antes de que se hundan las murallas, caerán las almenas. Nadie percibe este juego sutil en el inmenso tablero de la vida.
Lo primero será esa pequeña torre inclinada que, como una trampa de ratón, los atrae junto a sus cimientos. Los cachorros humanos son los más fáciles de cazar. No nos alimentamos de muerte, sino de desesperanza. Las almas de los mortales que han perdido a un hijo son las más vulnerables. Así formaremos nuestro ejército.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Elvis Pelvis



Cada noche, Euterpe desciende del Olimpo para recorrer las calles de la ciudad y, con la malicia y la voracidad de una diosa convertida en mortal, deleita a los hombres que se detienen a escucharla. La música de su flauta atrapa los sentidos y, mientras sus labios hacen suyo el instrumento, sus dedos suben y bajan con destreza en una visión casi hipnótica.
Un joven guitarrista, que emerge de la boca del metro, cae en la estudiada trampa de la musa y, atrapado en su melodía celestial, conduce a la hambrienta flautista hasta su guarida de ratón. Ella, vestida de docilidad, le regala el compás de un cuerpo de almíbar y se afana solícita con la siguiente embestida. Pero, ¡ay, pobre deidad! No cuenta con que esta vez un movimiento extraordinario de caderas la hará entrar en éxtasis y ya no deseará otro ritmo.
―Esto es rock and roll, nena ―le susurra el músico, jadeante―. Luego, si quieres, te muestro también cómo suena.

lunes, 1 de octubre de 2018

Encrucijadas




Dicen que, en algún momento de la vida, los destinos se bifurcan y elegimos qué dirección tomar. Las almas puras escogen senderos sin asfaltar que las conectan con la tierra, se elevan por encima de las tentaciones, y se quedan prendidas en los campanarios. Las más intrépidas se lanzan en picado y entran en la ciudad, donde pasean por calles de alquitrán y palpitan al ritmo de emociones mundanas.
No importa cuánto se oscurezcan en el viaje; al final, una fresca lluvia de inocencia les devuelve su color limpio y brillante. Pero cuentan que algunas de ellas se pierden en negros callejones y portan paraguas a prueba de lágrimas. Las reconoceréis porque, al ocupar su forma humana, no dejan de vigilar sus espaldas. Todas confían en encontrar la sombra de la infancia que un día abandonaron al doblar la esquina.