Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
La
Parca planeó una noche sobre nuestro hogar y se llevó a mi pequeña junto con
sus llantos. Su oscura sombra también debió alcanzar al viejo cuco que
dormitaba en el reloj. Nunca más se sucedieron las horas.