martes, 6 de diciembre de 2022

Repelús

 


Cuentan que los cuerpos heridos de muerte, por la vejez o la enfermedad, abren puertas interiores por donde entran y salen los espíritus familiares. La abuela María solía decir que sus males se habían llevado sus fuerzas para pasear, pero le habían traído la compañía de sus seres queridos ya fallecidos, quienes la mantenían al día de presagios y augurios.

Cuando supo que su momento se acercaba, comenzó a tejer unos guantes y una bufanda de lana gruesa, pues, de friolera que era, confesaba que lo único que le desagradaba era el instante del gélido abrazo de la Parca, y quería estar preparada.

Por eso nos hemos quedado todos de piedra cuando, sin mediar palabra y con un tierno beso en la frente, le ha regalado ambas prendas al tío Jesús, al despertarse hoy de su consabida siesta de verano.


Microrrelato para Esta Noche Te Cuento.

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