viernes, 23 de enero de 2015

Cantabria en los labios




Soledad era una anjana de los bosques a la que una ola de mar, con forma humana, convirtió en sirena. Cuando el hada recordaba la brisa que soplaba entre los árboles, preparaba quesada con esencia de canela, y su paladar recorría los verdes prados que sus pies añoraban. Manuel se llamaba el pescador que se hechizó de sus labios de azúcar y leche tibia.

Cuando, un día, su barco no regresó a puerto, Soledad cambió sus besos dulces por el conjuro de eternas lágrimas de sal. El sabor de la piel del hombre que la dejó sola en Santoña. 



Seleccionado en el Certamen de Relato Breve “A qué sabe Cantabria”, con el título “El sabor de los besos”, y publicado por el Parlamento de Cantabria. Enero de 2015.

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