Un
curioso cambio se está gestando en mamá desde hace unas semanas. El
aburrimiento ha hecho que le crezcan telarañas en los párpados, y la tensión de
su cuerpo reverbera en sus tacones, que dejan al andar pequeños agujeros en el
suelo donde jugamos a las canicas.
Todo
hace sospechar que se ha vuelto alérgica a la atmósfera que se respira en casa.
Primero fueron esos estornudos que escupían palabras a velocidad supersónica y
se clavaban en las paredes; después llegaron sus extraños golpes de tos. A cada
beso de papá, tose tres veces y, cuando parece estar a punto de ahogarse,
expulsa por la boca una mariposa que escapa volando.
Esta
mañana, mientras calentaba el café y el pan, observamos que era su cabeza la
que empezaba a echar humo. Los pelos se le han puesto tan de punta, que ha
tenido que salir corriendo para que la vecina le sujetara esas ideas que se le
habían enredado en el cabello. Se ve que la laca no ha servido de mucho, porque
de pronto mamá ha aparecido toda desmelenada, anunciando que se iba a tomar el
aire. Algo huele a chamusquina en nuestro hogar. Y no son las tostadas.
Publicado en la Antología 2018 (Claroscuros) del Concurso de Relatos Cortos de «Esta Noche Te Cuento».
Publicado en la Antología 2018 (Claroscuros) del Concurso de Relatos Cortos de «Esta Noche Te Cuento».
María es imposible leer el texto por el color de la tipografía sobre el fondo verde oscuro. Por cierto, me encanta el nuevo aspecto de tu blog. También yo he estado haciendo cambios en el mío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajajaja! Mujer, que es que lo estaba colgando ahora mismo y olvidé cambiar a blanco el color de la fuete. Un abrazo!
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