jueves, 23 de abril de 2020

Intuición



Como todos los que nacieron durante la pandemia, Leonor aprendió a hablar muy pronto. Ahora las letras tejen hilos invisibles que hilvanan sus relaciones. Los afectos viajan sobre páginas y voces entonadas, en un crisol de sentimientos que van y vienen. El viento sopla las palabras y las tatúa en la piel de quienes más quiere.  Pero hoy se ha vuelto a cruzar con ese chico, y sus guantes se han rozado. Apenas unos segundos para agitarle el corazón y percibir el deseo quemándole en los labios.
Ella sabe que no debe amar así: el precio a pagar es demasiado alto. O eso dicen.

jueves, 16 de abril de 2020

El bombero



Ginebra prende llamas por donde pasa. Toda ella es inflamable, desde su nombre hasta la punta de sus pies. Dicen que el leve roce de su boca provoca tal flujo de calor que ya no queda caballero ni vasallo que no haya explosionado en todo el reino. Hace unos días la vieron huir a la isla de Lanzarote, harta ya de relaciones efímeras, en busca del verdadero amor.
Parece ser que se ha enamorado de un tipo con la manguera mejor preparada para apagar su fuego. De facto, es el único capaz de dejarla empapada y sin oxígeno.

jueves, 9 de abril de 2020

Lo que tus manos cuentan


(Foto: Russell Powell)


Las palabras parecen derretirse bajo la brocha encolada. Hace mucho que dejó de leer y de entender el mundo a su alrededor. Sin embargo, como un ritual indeleble en la memoria, su imaginación moldea las hojas del periódico, transformándolas en figuras de papel maché.
Lo observo en silencio, y el agudo pinchazo de la nostalgia me hace suspirar. Me acaricia con los dedos aún empapados de goma y tinta. Sonríe.
―Mañana volveré a verte, papá.
Al salir, el espejo me descubre unas mejillas manchadas de tintura y la certeza de que los mensajes de amor no necesitan letras, solo un lugar donde dejar su huella.