sábado, 4 de junio de 2022

Si algún día

 


«Te quiero», se leía en el trozo de papel guardado en el bote de galletas. Y lo mismo ponía en el doblado bajo la ropa, y en la librería, entre los cuadernos de viajes. Desde que lo diagnosticaron, solía esconderlos para que su esposa los descubriera en cualquier rincón, por si un día no recordaba decírselo al despertar.

Pero el olvido solo se llevó la mitad, y cuando, meses después, ella lo encontraba desorientado e inquieto con las manos llenas de papelitos, bastaba con abrazarlo y susurrarle al oído: «Y yo a ti».

Y su mirada perdida recuperaba ese brillo tan especial.


Microrrelato para Esta Noche Te Cuento.


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