Arena y espuma
atrapan la brisa
y dulcemente
y dulcemente
adormecen la tarde,
que lleva en sus redes
que lleva en sus redes
prisionero el manto oscuro
de la noche larga.
Ese es el instante
Ese es el instante
en que mi corazón de
sal
sucumbirá en tus sombras.
Mi isla alcanzará tu playa,
tus olas dormirán mi orilla.
Se oculta el mar
sucumbirá en tus sombras.
Mi isla alcanzará tu playa,
tus olas dormirán mi orilla.
Se oculta el mar
con el sol de poniente.
Atardece, una hora desapareció pero el tiempo sigue, inmune, su paso, lenta y bellamente como cada día, como cada momento valioso que siempre guardo.
ResponderEliminarGracias por regresar, echaba de menos tu paso. Un abrazo