Todos en círculo, con
las manos unidas y las mentes ensangrentadas, esperaban la sentencia del juez.
Durante todo el juicio habían permanecido con la mirada altiva y el gesto
desafiante. Actitud surrealista para aquellos que, sin querer verlo, ya eran
ratones en una ratonera sin salida. Metidos en aquella especie de pecera, eran
condenados por un sentimiento mucho más poderoso que el odio: el desprecio. La
mirada asqueada de cuantos observaban atónitos aquel círculo humano que parecía
una reunión de adoradores del diablo.
De la frase del Cuentacuentos: "Todos en círculo, con las manos unidas y las mentes ensangrentadas"
La
rabia muda de aquella sala rebotaba contra los cristales que hacían las veces
de barrera entre dos mundos. El mundo negro de aquellos terroristas
despiadados, y el mundo gris de quienes habían perdido algún ser querido a
manos de los acusados. No existía color en aquel lugar; no mientras aquel
círculo permaneciera unido, mientras cualquier mano manchada de sangre pudiera
aferrarse a otra que le diera impulso.
La
sentencia condenatoria les borró la fría sonrisa del rostro y, tras un
escalofrío premonitorio, uno a uno fueron torciendo el gesto y separando las
manos. Como si acabaran de descubrir el lugar donde se encontraban, abrieron
los ojos más allá de la urna transparente, y un miedo cerval les azotó el
cuerpo con el áspero látigo de la cobardía. Ya no habría mano a la que asir más
falsa valentía, ni ojos que sostuvieran la sorna de una mirada febril.
Al salir
de la sala el último condenado, el pilar del oscuro grupo, miró de soslayo a
una mujer que permanecía sentada, apretando un pañuelo blanco entre sus
manos. La mujer lo miró un instante, y con su mirada dejó caer sobre él la
carga más pesada que pudo llevarse a su celda: el perdón.
Jo, y yo pensé que con esta frase se llenarian los blogs de brujas y aquelarres...
ResponderEliminarHas sabido darle la vuelta a una frase complicada y sacarle muchísimo partido XDDD
Pd; yo no entiendo esos perdones :S
La verdad es que al principio eso era lo que me sugería la frase: brujas. Pero la idea me vino como un flash y se encajó sola.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del perdón... creo que hay personas en este mundo cuya capacidad para encontrarle sentido al dolor está por encima de nuestro propio entendimiento...y la bondad puede llegar a ser sobrehumana.
Como dice Angelical aplicaste bien la frase al mundo terrorista, cuyas delitos de sangre son mucho mas cercanos que los del inframundo.
ResponderEliminarMuy bueno lo de como se va deshaciendo la presunta fortaleza tras la realidad de una sentencia.
No esperaba ese final y me ha parecido un cierre sublime. ¡Enhorabuena!
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