—¿Bailarás conmigo un último vals?
—Carol se volvió al escuchar la familiar voz de Gabriel. Apenas habían pasado
veinticuatro horas desde que su adorado amigo se negara en redondo a asistir a
su boda. Parecía algo definitivo. Al menos, después de confesarle que estaba
enamorado de ella desde tiempos infinitos, y que verla casarse con otro le
ocasionaría demasiado dolor. Sin embargo, allí estaba, al parecer, dispuesto a
bailar con ella el último baile.
Ella le tendió la mano en respuesta a su pregunta. Claro que bailaría con
él; al fin y al cabo, su amigo de toda la vida había aceptado su decisión, y
parecía dispuesto a poner su amistad por encima de todo.
Gabriel
la tomó de la mano y la atrajo hacia sí. Algo en el interior de su cabeza le
decía que aquello era una locura. El día anterior estaba decidido a no volver a
mirarla a los ojos. El amor de su vida se escapaba de su lado, y no había nada
que pudiera hacer por evitarlo. Ella amaba a otro hombre. Aquella odiosa idea
lo había mantenido todo el día con la sensación de estar quemándose por dentro.
Su sentido común le decía que debía alejarla de su vida de inmediato, pero el
corazón se negaba a borrarla de sus recuerdos tan pronto. Por eso, en aquella
lucha por ordenar sus emociones, no había sido capaz de vencer la tentación de
verla vestida de novia.
La
abrumadora visión lo había rendido a un último deseo de acercarse a ella.
Necesitaba volver a sentirla entre sus brazos, perderse en el aroma que
desprendía siempre, ese delicioso olor a canela y jazmín…
Aquel
era el momento. No volvería a tener una oportunidad así. La cogió por la
cintura con firmeza, y apretó suavemente su mano sintiendo el tacto de cada uno
de sus dedos. En un segundo, ya giraba al ritmo de sus pies. Ella lo miraba
sonriente y esperanzada por recuperar su amistad herida. Él la observaba
intentando mantener la imagen de su rostro grabada en su memoria. Después de
aquella noche se iría lejos de allí. Después de aquel vals, saldría de su vida
para siempre.
De la frase del cuentacuentos: "¿Bailarás conmigo un último vals?"
Este me ha recordado a cierta boda en la que alguien prefirió no ver a la novia y a mi me dio una pena terrible XDDD
ResponderEliminarBuen estreno.
Es verdad, este podría ser un trozo alternativo de aquellas historias de la campiña ;)...
ResponderEliminarPrecioso relato Merisuri, me ha encantado!!! Y bienvenida al Cuentacuentos :D
Gracias!!!!!! Lo habéis cazado al vuelo ¿eh?... La inspiración llegó de repente y no me imaginé a dos personajes mejor avenidos para la frase. Debería haber alguna categoría en alguna parte para la que mejor encadena las historias jajaja
ResponderEliminar¬¬ se lo llevaria Sara ¿Has leido el último desafio de las rondas?... Pues eso ¬¬
ResponderEliminarAcabo de hacerlo ¡¡¡¡ a terca no hay quién le gane!!! jajaja.... Me gana de todas todas uffffff
ResponderEliminarUn pequeño tiempo detenido en ese instante de ambas manos que sirven de puente y abismo entre el pasado y el futuro.
ResponderEliminarBuen estreno sí, ¡bienvenida a Cuentacuentos!
uf, que bonito... como un determinado momento puede ser entendido de formas muy diferentes según la persona que lo viva, me gusta :)
ResponderEliminarbessos!
Que delicioso es el amor...
ResponderEliminarque desgarrador es verlo alejarse...
que intenso su dolor...
pero quien consigue superarlo...
olvida tristezas, llantos y rencor...
ya que sabe que fue fiel al amor...