Aquel
verano montaron un cine en la plaza. El más lozano de los mozos aprovechaba
para cepillarse a las zagalas detrás de la lona. Esa noche, en pleno
acaloramiento, no notaron que la película se había roto. El quiosco disparó sus
ventas, sobre todo, en bolsas de pipas.
María, una escena rural con mucha audiencia, como debe ser. Y es que hay espectáculos que nunca fallan.
ResponderEliminarMe ha extraído una sonrisa al imaginarme la escena así que una bolsa de pipas también para mí.
Abrazos.