Primeras
palabras,
apenas
balbuceos,
nacen y
mueren antes
de alcanzar tu cielo.
Doy un
paso al frente,
disimulo
valentía,
enredo mi
voz a tu cuello
murmurando
deseos.
Crecen,
sutiles y atrevidas,
las
frases en mi boca.
Más
cerca.
Los
susurros rozan la piel
y
aligeran, perversos, el cuerpo.
Sé lo que
quiero.
Alcanzada
la meta,
mis
labios pronuncian tu nombre.
El miedo
muta a trueno,
rompe la
crisálida silenciosa.
Tu
aliento en mi aliento
desnuda
esta historia,
y los
sueños, inquietos,
alzan el
vuelo.
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