lunes, 16 de mayo de 2022

Ogresa


Creyeron que solo existía en los libros, que su silueta era alargada como el filo de un sable y que se alimentaba de las cosechas que arrasaba a su paso. Pero la noche que entró aplastando los cercados del pueblo, descubrieron su insaciable apetito y su especial predilección por los niños. Los arrancaba de casa, y aguardaba a que el olvido consumiera sus cortas historias infantiles. El día que Olek consiguió escapar de sus garras, después de contemplar de cerca su feo rostro, gritó con todas sus fuerzas: «¡Te odio, Guerra!».

Aunque, para entonces, el monstruo ya había devorado amigos y juguetes.


Microrrelato para Esta Noche Te Cuento.

 

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