Con el libro abierto
y los ojos cerrados
y los ojos cerrados
paseaba mis deseos
por la pizarra infinita;
el verde mar
donde tu mano diestra
dejaba secretos
mensajes de tiza.
Letras sabias
de experiencia,
de lecciones aprendidas,
que yo, con letras dormidas,
dejaba en corazones de tinta.
Haciendo del pupitre una
frontera,
que tu mirada anhelante no cruzaba;
mas mi risa tu voluntad siempre vencía,
y en rincones escondidos
tu boca traspasaba.
que tu mirada anhelante no cruzaba;
mas mi risa tu voluntad siempre vencía,
y en rincones escondidos
tu boca traspasaba.
Allí estábamos los dos,
yo tu alumna, tú el maestro,
tú en mis curvas, yo en tu cuerpo.
Así amaste mi sonrisa ingenua,
así me atrapó tu voz,
así se enredaron las palabras,
así te alcanzó el amor.
¿Dónde irás tú sin mí?
¿Dónde iré sin ti yo?
yo tu alumna, tú el maestro,
tú en mis curvas, yo en tu cuerpo.
Así amaste mi sonrisa ingenua,
así me atrapó tu voz,
así se enredaron las palabras,
así te alcanzó el amor.
¿Dónde irás tú sin mí?
¿Dónde iré sin ti yo?
Al calor de primeros de junio,
cuando el verano apremiaba,
vi en tus ojos el miedo,
y en tus labios tres palabras:
No puede ser.
cuando el verano apremiaba,
vi en tus ojos el miedo,
y en tus labios tres palabras:
No puede ser.
El juego de lo prohibido,
de actitudes condenadas,
de la edad que me hacía niña
y a los dos nos separaba,
si era tu magia infinita
la verdad que me atrapaba,
y no tus años vividos
ni tus canas, ¿qué más daba?
En la noche de San Juan,
cuando el curso terminaba,
prometiste llevarme contigo,
huir al nacer el alba.
cuando el curso terminaba,
prometiste llevarme contigo,
huir al nacer el alba.
Y al amanecer tardío,
junto a aquella ventana,
te esperé impaciente
como quien espera un final feliz
junto a aquella ventana,
te esperé impaciente
como quien espera un final feliz
que nunca llegaba;
y al romper el día,
solo lloraba…
y al romper el día,
solo lloraba…
Tu imagen de mi corazón ausente,
perdido el amor en tu carta,
de papel herido de muerte,
donde la tinta asesina
en tu lecho rezaba:
"Me marcho sin ti,
y en ti dejo mi vida,
porque a mi lado tu juventud
sin remedio se marchita;
debes soñar otros mundos
y cerrar nuevas heridas.
Amor. Quizás ahora no entiendas
de mis lágrimas saladas,
de mi lucha incierta,
de mi huida desbocada,
pero entenderás algún día
por qué devolví tus alas”.
de mis lágrimas saladas,
de mi lucha incierta,
de mi huida desbocada,
pero entenderás algún día
por qué devolví tus alas”.
¿Quien bien te quiere te hará llorar? ;) Veo que no has podido resistirte a mi reto :P... A ver qué traen las demás, se lo has puesto muyyyy difícil, esta poesía cuenta toda una historia.
ResponderEliminarY que lo digas, se lo lleva de calle, seguuro XDDD
ResponderEliminarPD: ¡¡¡¡Sorpresa!!!! ponga una institutriz en su vida
Jajajaja María cuidadín, que llego "la tia de la vara" a tu jardín :P (En el fondo es un amor, yo echo de menos su vara, todo hay que decirlo, no sé si es que ahora me he vuelto obediente y hago las cosas bien, o es que pasa olímpicamente de mí... Sí, sí, institutriz, te echo de menos :P)
ResponderEliminarEso es que te estás esforzando con las comas xd xd xd
ResponderEliminar