Afrodita llevó al
joven mortal hasta su lecho, donde solía devorar la voluntad de los hombres, y
se inundó de placeres jamás probados. Al despertar, lejos de encontrarlo a su
lado, halló un pergamino con una oda a sus encantos y un escueto "ya te
llamaré".
Jajaja, este me ha hecho reír, hasta a la propia Afrodita pueden pasarle este tipo de cosas, le tocó uno que sale corriendo.
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