Contaba
el abuelo que contemplar por primera vez aquel espectacular monoplano cruzando
el cielo fue una de las experiencias más emocionantes de su vida. Después de
observar al célebre aviador francés hacer semejantes piruetas con su Blériot para
inaugurar la feria, pensó que ninguno de los acontecimientos que iban a tener
lugar ese día podría estar a la
altura. Ni siquiera el multitudinario estreno del nuevo quiosco
que el Ayuntamiento había mandado construir en el círculo interior del recinto,
y que reemplazaría al anterior, que era desmontable. Tampoco la venta de
"Llanero", el semental con más solera de la finca de su padre, por
unas buenas pesetas.
Sin
embargo, al caer la tarde, pudo comprobar que el verdadero éxtasis aéreo
llegaría después de una invitación a barquillos y de un paseo junto a la chica
más bonita de Albacete. El beso de la abuela hizo que sus pies se elevaran a
medio metro del suelo. Dicen quienes la conocían que, teniendo en cuenta la
dificultad de esa conquista, aquello sí que fue una verdadera proeza.
Finalista en el III
Certamen de Microrrelatos “Sucedió en la Feria”, del Club de Escritura “La
Biblioteca”, de Albacete.
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