Dos
implantes dentarios, el tornillo en la tibia y la placa de su fractura craneal
fueron suficientes para retrasar la huida de Fátima. Por desgracia, el detector
encontraba metal y no piedra. Hubieran descubierto la dureza del corazón de
Samir cuando le dio alcance en la puerta de embarque.
Cuando lo leí en las justas me impresionó. Pero aislado gana. ¡Qué contundencia!
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