Un
corazón de lana y acero comenzó a latir rítmicamente. Había sido diseñado para
que nadie pudiera romperlo jamás: una madeja de emociones cubierta de una
coraza inexpugnable. Pero, al primer flechazo, el interior prendió en llamas y
la combustión lo convirtió en una caldera.
Adán
sucumbió a manos de la máquina más sofisticada, y el ingeniero jefe nunca pudo
solucionar su efecto letal.
Los
hombres siguen ardiendo como la hojarasca al tocarla en la oscuridad.
Soy un desastre ;) . Sólo por éste debería haberte conocido.
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