Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
Dicen
que tiene un sesenta y cinco por ciento de éxito cuando intenta pescar; y es
que Martín observa detenidamente su objetivo, para luego lanzarse con los ojos
cerrados. Si falla, se queda cogiendo moscas.
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