Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
Danzaban desnudas alrededor del
fuego, mientras el sonido de los cánticos se elevaba tan alto como las mismas
llamas. Únicamente salieron del trance cuando aquella catarata les arruinó el
aquelarre. El avión cisterna solo necesitó una pasada.
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