Cada día, unas Skechers, negras y grises, del cuarenta y cuatro, se cruzan en el
parque con unas Nike, blancas y celestes, del treinta y nueve. Durante
unos minutos, sus propietarios se detienen a conversar, mientras la masculina
zapatilla derecha aprovecha para acercarse a su gemela desconocida y rozarla
con suavidad. Puede sentir el aroma de su piel, y el calor que desprende su
cercanía.
Ya de vuelta a casa, fantasea con ella. A su hermana
izquierda parece no importarle cómo se siente, le basta con que la cuiden y la
saquen a tomar el aire por las mañanas. Pero ella no desea ser una simple
deportiva, odia ver el mundo a toda velocidad, sin apenas tiempo para disfrutar
de su existencia. Envidia terriblemente al par de mocasines negros que
comparten armario a su lado.
Ellos viven la vida que ella siempre deseó tener; pasean por
sitios interesantes, e incluso suelen pasar la noche fuera. La última vez, pudo
contemplar desde su balda cómo cada uno de aquellos zapatos italianos se
acomodaba junto a un precioso par de zapatos rojos de tacón de aguja.
Siempre hubo clases.
María, el mundo de los zapatos da mucho juego, bueno en este caso las zapatillas, pues puede servir para una historia de parejas, de celos, fetichistas, de terror, de fantasía...
ResponderEliminar¡Muy original y bien hilvanado este micro!
Saludos.