La
vanidosa A, siempre primera, quiso aliarse con la R para convertirse en un
dios. Salió a la carrera pasando por encima del puente de letras, hasta que
tropezó con el palo de la Ñ. Volvió al principio, refunfuñando. La próxima vez
lo intentaría desde un alfabeto inglés.
María, un micro sortijero, sino me equivoco, que juega con el abecedario para extraernos una sonrisa. Era el otro día descubrí como se llamaba el palito de la Ñ, aunque ya se me ha olvidado, supongo que podré vivir con ello.
ResponderEliminarUn buen micro.
Saludos.