Nos lamentamos,
hipócritas, de no haberlo visto venir. Las raíces estaban sueltas, las ramas
eran pesadas, y la inclinación iba en aumento. Pero una vez se hubieron llevado
al hombre, aplastado por el árbol, la gente todavía encontró entretenimiento
observando cómo los bomberos cortaban el enorme tronco sobre la acera.
Matilde se colocó el
audífono y escuchó el rugido de las sierras en la calle. Salió de la casa
intrigada por el ruido, preguntándose dónde demonios habría ido su Antonio a
buscar el pan.
María, un micro con buen humor negro, que explica todo ese proceso que se ha producido. Y es que el audífono no hay que quitárselo ni para ducharse.
ResponderEliminarSi no estoy equivocado este micro, ¿es un REC? Buen trabajo, lástima que no tuviera su suerte.
Saludos.