Esta noche los recios muros del callejón se templan
con besos clandestinos, mientras dormitan las palabras en la vieja librería. El paso del tiempo ha barrido la
sobriedad bajo los adoquines, y las persianas a medio subir parpadean con rubor
ante semejante descaro. Una pareja regresa al bullicio de la calle bajo la
atenta mirada de la luna.
Ella lleva en los labios una promesa de amor. Él, un recuerdo
del lugar al que nunca llega el ocaso.
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