Tras la explosión, Dios le dio al hombre una segunda oportunidad.
Un pequeño fragmento del planeta se alimentaría del Árbol de la Sabiduría.
Gabriel no daba crédito
cuando, tres días después, descubrió aquella cuerda descendiendo por la roca.
No habían dejado ni una sola manzana.
María, dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, no es cierto, pero se ajusta a este microrrelato y a muchos de los errores que vivimos. Estoy seguro que la historia que se cuenta aquí podría pasar perfectamente. ¡Menudo somos los humanos!
ResponderEliminarBuen micro!
Saludos.