El mejor sastre de París confeccionó, durante años, las más
elegantes camisas de caballero por encargo de una distinguida dama. En cada
ocasión mandaba bordar distintas iniciales sobre ellas. "La Viuda
Negra", la llamaban en el taller; "Monsieur Masque", en el
Moulin Rouge.
María, buen juego de identidades, tanto que aún sigo confundido y mirando a mi espalda para no toparme con esa Viuda Negra ni tampoco el Monsieur Masque. Y es que no hay nada como el dinero, los trajes y la ambigüedad para confundir.
ResponderEliminarSaludos.