El niño miró dentro de su mochila, y comprobó confiado que miles
de horas la llenaban por completo. Decidió permanecer sentado junto a ella,
para proteger su contenido, pero el sueño le venció.
Al despertar, un anciano entristecido descubrió que alguien
le había robado su tesoro.
María, con la magia del tiempo todo es posible, aquí su cruz en este envejecimiento prematuro y triste, pero que puede conllevar su cara en aquel que robo la mochila. ¿Retrocedió el ladrón? ¿Hasta qué edad?
ResponderEliminarBuenas imágenes y una historia muy original, muy del tiempo.
Saludos.