Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
El
día en que murió todos fueron al cementerio, menos ella. La abuela se encerró
en la biblioteca y pasó días leyendo sus libros. Mientras nosotros nos
despedíamos de su cuerpo, ella se reencontraba con el alma del abuelo.
La biblioteca es vida, está llena de inmortales.
ResponderEliminarBrillante micro!
Un abrazo!