Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
Anoche papá fue al
tejado a cogerme la luna; subió mil metros. Sentí que mi corazón se ensanchaba
desde la puerta hasta la ventana; eso fueron seis metros. Aún no conozco la
profundidad. ¿Cómo se supone que puedo medir la intensidad de sus
abrazos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario