Se desliza el alma en la húmeda espesura, en el juego del tiempo muerto y la mente esquiva. Entra en este jardín secreto, de caminos y veredas dormidas. Este es el lugar donde trepan los sueños y se enredan los silencios de madreselvas y orquídeas. Ven al jardín de las mil palabras y la lengua muda; en su fresca penumbra te espero, sueño y vivo.
Sujetas el boli que
recogí del suelo; y es casi como rozarte. Ignoras que tu parpadeo me agita el
pelo y que, desde aquí, leo tus labios y me regalo cada palabra. Yo no
existo. Solo soy el fantasma que muere cada día en el pupitre de al lado.
La fuerza de tus relatos es inmortal y la indiferencia huye ante ellos.
ResponderEliminarUn abrazo y muy feliz 2014!!