domingo, 3 de mayo de 2015

Marketing



Como cada día, Gabriel pasea por la ciudad. La curiosidad le obliga a detenerse al pasar junto a la nueva tienda que han abierto en el centro. Una larga cola de clientes aguarda para ser atendida. "Elevamos sueños", reza el cartel de la entrada. Sin duda, el reclamo ha surtido efecto entre aquella gente, aunque el precio a pagar es muy alto y se exige cláusula de permanencia.
El Diablo saluda desde el interior al ángel que, perplejo, lo observa desde el otro lado del escaparate.

1 comentario:

  1. Maria, en un mundo tan mercantilista como el que vivimos donde a diario se vende el alma a cambio de bien poco, no me extrañaría que hasta los arcángeles intentasen mercantilizar la suya.

    Buen intento y lástima que no hubiera suerte en este concurso tan suculento.

    ¡A la próxima!

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