sábado, 7 de mayo de 2016

Felicidad innata


        En algunos orfanatos los bebés no lloran. Los niños descubren rápido que sus lágrimas no serán atendidas, y un silencio estremecedor inunda la sala de cunas. Lo sorprendente es que, cuando alguien acude a buscarlos, el rostro se les ilumina. Nadie sabe cómo aprendieron a sonreír.

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