miércoles, 11 de agosto de 2010

Atardecer

 

Arena y espuma 
atrapan la brisa
y dulcemente 
adormecen la tarde,
que lleva en sus redes 
prisionero el manto oscuro 
de la noche larga.
Ese es el instante 
en que mi corazón de sal
sucumbirá en tus sombras.
Mi isla alcanzará tu playa,
tus olas dormirán mi orilla.
Se oculta el mar 
con el sol de poniente.

1 comentario:

  1. Atardece, una hora desapareció pero el tiempo sigue, inmune, su paso, lenta y bellamente como cada día, como cada momento valioso que siempre guardo.
    Gracias por regresar, echaba de menos tu paso. Un abrazo

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