martes, 10 de enero de 2012

La mano que te empuja





Abrió la puerta muy despacio y contuvo la respiración. Percibió un inconfundible olor a rancio que se colaba por sus fosas nasales estrechando el paso de su ya seca garganta. Por un instante, el pánico la paralizó a punto de hacerla volver sobre sus pasos; pero una inesperada descarga de adrenalina masacró inmisericorde cualquier atisbo de duda. Ignoró el vértigo inicial y, con las manos húmedas, se adentró en aquella sala de muebles viejos y polvo acumulado. Los libros se apilaban en estanterías y, sobre la mesa de escritorio, montones de papeles amenazaban con deslizarse hasta el suelo delatando la presencia de una intrusa.

Si descubrían que había entrado en aquel lugar prohibido... Le resultaba difícil orientarse allí dentro. La intensidad con la que su pulso bombeaba la sangre hacia sus sienes apenas le dejaba ver con claridad. Y aquel maldito ruido ensordecedor… Le llevó unos segundos comprobar que el sonido venía subiendo desde su pecho, llevando el latido de su corazón hasta el interior de su cerebro. Debía ser el miedo. Un miedo cerval que volvía a paralizarla. Intentó alejar por un segundo aquella sensación de ahogo que mantenía su estómago pegado al diafragma y bloqueaba sus reflejos. Lo suficiente para permitir que sus pies se movieran hacia aquella delgada carpeta gris que había localizado en una esquina de la mesa. Estaba cerca. Solo necesitaba conocer los secretos que escondía  en su interior. Un calor abrasador subía por su cuello encendiendo su rostro. Un minuto. Solo necesitaba un minuto. Quizás demasiado tiempo. El pomo de la puerta ya había empezado a girar.

Miró su reflejo en los cristales para recomponerse un poco. Nunca antes había saltado por una ventana. El instinto de supervivencia a veces te abre caminos impensables en un estado de buena salud mental. Sin daños importantes que lamentar, se dirigió hacia la parte de atrás del edificio. Allí estaba él, esperándola.

“El Tratado de Versalles y la Revolución Industrial”.

Él la besó con intensidad, premiando su osadía. Sin duda había merecido la pena. Decididamente, no sería la última vez que robara las preguntas de un examen.




De la frase de El Cuentacuentos: "Abrió la puerta muy despacio y contuvo la respiración".

11 comentarios:

  1. jeje. Esto me ha hecho recordar aquellos años de instituto donde siempre habían un par que no se como lo hacían pero siempre conseguían las preguntas de los exámenes... Ahora ya se como lo hacían...jeje. Felicidades.
    Mundoyás.

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  2. ¡Me ha gustado! Breve y acertado, ante las emociones de la juventud. ¡Excelente!
    Y por cierto, descuida, yo tardé como seis meses en publicar para el cuentacuentos, jeje

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  3. Me gusta el escenario que has elegido para desarrollar la historia, y me gusta la forma en que cada línea transmite un sentimiento.
    Ayss, esas locuras de juventud que nos transforman en temerarios por amor...

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  4. Que bueno!

    Bienvenida de nuevo a Cuentacuentos y lo haces con un gran relato. Nada, hasta el mismo momento en que tiene lugar, descubre el fin de aquel aterrador recorrido, pero el fin justicaba el riesgo. Espero que aprobase! :)

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  5. Gracias por vuestros comentarios. La verdad es que no estoy muy acostumbrada a dejarme leer pero esta genial romper el hielo de vez en cuando y ver las reacciones de otros lectores. Por cierto, mereció la pena. Fue un sobresaliente.jajaja

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  6. Ains pillina, que este cuento está basado en una historia real...jajaja
    Encantado de volver a leerte
    Un abrazo

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  7. Yandros, chico perdido, me alegro de que hagas tu aparición. Bueno perdida yo, que aunque te sigo, me muevo entre las sombras sobre la estela de tu "amor eterno". Un abrazo también para tí.....

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  8. A mí también me huele a historia real... o a intención por lo menos :P. Me encanta lo bien que se te da introducirnos en la escena con todos esos adjetivos que se te ocurren para describir hasta el más mínimo detalle. No nos abandones porfa, que tantos meses han sido demasiado.

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  9. Impresionante. Tanto el relato en sí, el ritmo, el vocabulario, y el giro final.
    Impresionante e impecable.
    Créeme si te comento que ha sido un verdadero placer pasarme por aquí y perder -mejor aprovechar- un rato de mi tiempo para leerte.
    Si no es molestia, te robo una de las casillas, para colocarme como seguidor tuyo, oki???
    Así estaré más informado de lo que vayas haciendo.
    Siempre con tu permiso. ;)
    Un beso.

    Hell.

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  10. Hola Hell! Me ha encantado que te guste. Será todo un honor tenerte paseando por mi jardín. ESpero que disfrutes tanto leyendo como yo escribiendo. Estás en tu casa. Un beso enorme

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  11. Genial. Consigues meternos de lleno en la historia, haces que imaginemos qué ocurre para luego sorprendernos con el final. Me ha gustado mucho, espero seguir leyéndote :)

    Besos!!

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