martes, 17 de junio de 2014

Nacimiento de una musa





Como en un ritual ancestral, descalza sus pies y lava sus manos con agua de jazmín. Con los ojos cerrados escoge, al azar, un libro de la extensa biblioteca. Despacio, acaricia su piel con la yema de los dedos, y desliza el resto de sí hasta la primera página. Abstraída del mundo, se entrega a la lectura desprendiéndose de todos sus pensamientos, deshaciendo su cuerpo en emociones ajenas, hasta que finalmente desaparece tras un puente de puntos suspensivos, o enredada en un signo de interrogación. 
Ahí  permanece atrapada hasta que un ingenuo escritor, en busca de palabras, la encuentra dormida justo sobre la idea que necesitaba. A partir de entonces, les tocará a ellos entenderse. 

1 comentario:

  1. María, una historia dentro de otra historia, para que otro pueda escribir la suya: muy original.

    Me ha gustado la magia que has utilizado para convertir a esa lectora en musa y como queda aparcada dentro de un texto.

    Buen trabajo.

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