lunes, 1 de diciembre de 2014

Grandes desafíos


  
                                    

Me maquillo frente al espejo y, por primera vez en diez años, de nuevo me reencuentro con mis propios anhelos. Tú me miras sonriente, y siento que tus miedos se mezclan con los míos. Vuelvo a trabajar fuera, a cambio de parte de tu tiempo y tus ingresos. 
—Lo compensaremos —dijiste—. Unas horas en casa cuidando de nuestros hijos no me harán mal. 
Antes de salir, me despido de los niños y de ti, y me deseáis suerte en mi primer día. Yo me giro, sujetando en los labios una carcajada. El más pequeño lleva los zapatos del revés. Vosotros sí que la vais a necesitar.


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